Jaisalmer (con escala en Bikaner)

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Viajamos de noche en un tren hasta Bikaner, un pueblo que nos sirve para hacer escala antes de llegar a nuestro siguiente destino, Jaisalmer, al noroeste de India casi en línea recta desde Delhi y rozando Pakistán. De esta forma dividimos el viaje para no hacer 17 horas seguidas en tren. Si! Aquí las distancias son largas, y un viaje de sólo 3 horas en tren, tal como ya me advirtió Vicky 😉 es un paseo, como ir de Villalba a Madrid.

Así que, cogiprimer-sleepermos un tren para viajar de noche (7 horas y media) hasta Bikaner donde pasaríamos la mañana para coger después un autobús (otras 7 horas) hasta Jaisalmer.

Llegamos a Bikaner a las 7:30am tras la primera experiencia en “sleeper class” de tren, la segunda clase más baja para viajar, en la que de noche los dos asientos de más abajo se convierten en literas, y hay una tercera más arriba aún (la que fue nuestra elección). Esta clase es muy económica para aprovechar a dormir mientras se viaja (así no “pierdes” días, entrecomillas porque viajar en tren de día también mola!)

Bikaner nos recibe con 7ºC y niebla, lo que le da un toque fantasmal.

Aquí solo hay un fuerte también de arenisca bikaner-nieblarojiza y damos un paseo por los alrededores y su entramado de calles empedradas del interior, donde también hay algún templo pequeño con sus devotos orando y dejando ofrendas. Como siempre, ellas aportan color a la ciudad. Ya se aprecia el aire rajasthani, con sarees más coloridos y más comerciantes de telas preciosas (es lo más típico aquí).

gin-bikaner-nieblaComemos en el Garden Café, regentado por un señor tan entrañable como un abuelo. Fue de estas veces que nos sentimos supera gusto y sin la mínima sensación de que nos fuesen a timar. Aquí también conocimos a Ali (ver más en personajes: Ali), muy simpático pero creemos que algo fanfarrón por todo lo que nos cuenta jejeje. Gin aprovecha para preguntarle algunas cosas sobre las motos Royal Enfield que aún copan el mercado indio de motos desde que reinaba el imperio británico, y tiene la oportunidad de conducir una por los alrededores del restaurante 🙂

bikaner-fuerte-sarees

Ha salido el sol! Lo disfrutamos poco porque a las 14:30 nos montamos en el autobús que nos llevaría a Jaisalmer. Bienvenidos al bus loco. Tiene puerta pero no la usan, va abierta todo el camino. Asientos, ventanas, hierros, todo está desgastadísimo, pero no arreglan nada desde hace mínimo 200 años. Funciona ¿no? Entonces todo sirve.

camel-bikaner

 

 

El viaje es divertido a la vez que vamos acojonados con un poquito de miedo. La carretera a través del desierto es de gravilla, de doble sentido y se adelanta por cualquier lado, incluso por fuera del camino marcado. Al claxon le siguen dando mucha caña, y el de los buses suena como el aviso de de comienzo de una atracción de feria. La cosa mejora cuando anochece, así que…decidimos dormir algo para no enterarnos de absolutamente nada 🙂

Hubiese sido más seguro viajar en camello aunque tardásemos 10 días…

Aun así, es genial experimentar tan de cerca cómo es el día a día de los habitantes del desierto del Thar, que no brilla por sus dunas sino por la ausencia de las mismas. El paisaje es parecido a las zonas más áridas de Almería. Por eso decidimos no hacer lo típico de turismo en Jaisalmer de pasar la noche en el desierto con ruta en camello incluida.

Otras muchas cosas curiosas ocurren durante el viaje en autobús: paradas en mitad de la carretera para recoger a más gente o donde se bajaban otros, normalmente coincide con poblados de 4 o 5 casas y una o dos dhabas ahí, en mitad de la nada, a las que no les faltaban los carteles anunciando tarjetas sim y tarifas de datos de grandes compañías. Todo sigue siendo contraste puro.

Las mujeres solían sentarse en los asientos delanteros del autobús, mientras los hombres continuaban hasta los asientos de atrás, y una vez separados por sexos, todos hablan con todos aunque no se conozcan.

Jaisalmer

Jaisalmer, la ciudad dorada, nos recibe con la hospitalidad de nuestro “casero”, Padam, el hombre calmado que regenta el Surya Paying Guest House, el más bonito de todo Jaisalmer. Muchos hostels construidos con las paredes originales del fuerte, aunque ninguno como este. gin-masjaisalmerdesdeabajo

Las vistas son fantásticas, el restaurante precioso y acogedor; además se comía bien a buen precio. Bien, nuestra habitación tenía algún detalle a mejorar (polvo y un pequeño panal de abejas aunque sin habitantes intuimos que por la época del año, y por suerte para nosotros),  pero por 100 rupias la noche por los dos (¡1,45€! no podíamos pedir más.

 

Padam decidió poner esta habitación en alquiler recientemente y nos comentó que quería mejorarla pero todos los días hasta marzo tiene huéspedes y no encuentra el momento. El resto de habitaciones que alquila por un precio superior (entre 5 y 12 euros la noche) están muy bien acondicionadas, aunque el baño grande con ducha sigue siendo compartido.

surya-restaurant-jaisallmer

Tanto nos gustó que una de las noches que estaba ocupado, habíamos reservado otro hostel, pero lo cancelamos para dormir aunque fuera en las alfombras del restaurante del Surya, tal como nos ofreció Padam. Finalmente, nuestra habitación siguió disponible porque los huéspedes que habían reservado, cuando la vieron decidieron no quedarse ahí. Al parecer a los turistas indios,  si no tienen tele en la habitación no les interesa. Mucho mejor para nosotros 🙂

Dentro del fuerte hay mucha vidilla, por supuesto casi todas las calles son un bazar donde puedes comprar telas, comida, masajes y medicina ayurvédica, enseres básicos, comprar delimanohenna-jaisalmercadas pinturas en miniatura, hacerte tatoos de henna (en lo que caí por supuesto).

Como siempre toca negociar cualquier cosa y solo con mirar algún producto expuesto en la calle, ya te invitan a pasar. Pero Bablik (que me perdone porque probablemente no se escriba así) la mujer y artista que me hizo el tatoo de henna, era muy simpática. Sonreía todo el tiempo y desprendiendo naturalidad y cercanía mientras me respondía un montón de dudas sobre la cultura india.

Un tendero me enseñó 40 camisetas de todo tipo de estampados aunque por suerte Gin le atrajo desde fuera para preguntarle por un trocito de tela. Eso me da un respiro para verlas con calma aunque no me convence ninguna. De repente escucho que Gin ha tirado el mostrador de fuera y para recogerlo y distraer un poco al tendero le dice textualmente que venga conmigo que parece que me ha gustado algo de lo que estoy ojeando…

En efecto el señor vino hacia mí como una bala, y no entendía como no comprábamos nada si nos estaba bajando el precio cada segundo sin nosotros decir nada. Salimos de ahí como pudimos mientras él  refunfuñaba que los turistas no gastamos el dinero.

jaisalmer-telas-paredfuerteOtro vendedor de telas se indignó porque queríamos bajar el precio demasiado, a lo que le explicamos que llevamos 15 días intentando que no nos estafen y por eso regateamos. Pero no lo entiende, es más, cuando le decimos que quizá demos una vuelta y volvamos más tarde, responde que entonces ya será demasiado tarde para nosotros (seriously?????). Personalmente odio el regateo, genera desconfianza, me da pena apretar a algunos vendedores,  y hasta que no comparas con otro turista o preguntas a un local no sabes si te han pichoneado, cosa que suele pasar si no aprietas. Pensábamos que todos estábamos en el mismo juego, pero al parecer este señor no.

Jaisalmer es la ciudad de las azoteas (en general en todo el rajasthan), y casi todos los hostels gin-rooftop-jaisalmertienen un restaurante con azotea decorada al estilo hippie,  desde las que puedes ver el amanecer o el atardecer, según estén orientadas dentro del fuerte. El amanecer mereció mucho la pena.

Otro encanto de Jaisalmer es su lago, y las pagodas que flotan en él. El atardecer aquí es precioso. En los alrededores del lago como en tantos otros sitios, pequeños cenotáceos o árboles sagrados decorados con flores y diversas estampas, marcan el camino principal.

 

atardecer-lago-jaisalmer

 

Por supuesto las dhabas abundan en las calles de la ciudad, a las afueras del fuerte, donde nos timan en una de ellas por dos pakoras hiper picantes. El chai masala (te con leche y con especias) y el lassi ya son un clásico para nosotros (bueno este lassi era un poco especial :P. Echa un vistazo en la sección de personajes: Luke y Martina para saber más sobre esta historia).

Por la noche podías encontrar algún restaurante con espectáculo de música y danza, y en uno de ellos la bailarina animó al público a salir. Yo fui muy decidida e intenté imitar lo que ella hacía pero iba muy deprisa…jajaja. Aun así fue genial vivir ese momento con ella, con una gypsy nómada del rajasthan, cultura que ha influenciado tanto los estilos que practicamos!

Acabar haciendo spins (lo único que me salía) me dio energía para el resto de la noche y unos cuantos días más. Lililihhhhhhhhhhhhhh! (Por cierto el baile no era gratuito, había que darle propina y con mucha gracia se encargó de hacerme una seña mientras bailábamos,  pero lo hice encantada).

En Jaisalmer también conocimos bastante gente maja: Richard, August, la pareja india. Merece la pena leer más sobre ellos en nuestra sección de personajes).

Ponemos rumbo a Jodhpur, tras cerrar varios billetes de tren más hasta Varanasi porque estaban volando…

Antes estuvimos en…Delhi: ver parte 1 y parte 2

 

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Showing 2 comments
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    Baga ^^

    Por dios que envidia las azoteas!! y yo aquí en UK que ni un mísero balconcito tengo. Seguid disfrutando majos, y por favor, cuidado con los mostradores que la váis a liar xD. Por cierto pa cuando volváis se os va a hacer raro comprar en las tiendas sin miedo a que os «pichoneen» (si, me ha encantado la palabra).
    Me voy a la sección «personajes» que promete! 🙂

    • Marian Rodriguez
      Marian Rodriguez

      Bego! Espero coincidamos por estos lares asiáticos. Cada vez somos menos pichones asi que estamos contentos :P. Bicos!

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