Rumbo al norte de Myanmar! nuestra siguiente para es Kalaw, un pueblo base para comenzar nuestro trekking de 3 días hacia Inle Lake.
El autobús nocturno no ha estado tan mal y nos deja a las 5:30am en la calle principal de Kalaw. No sabemos muy bien que hacer….está amaneciendo, no hay mucho movimiento en la calle, bueno hasta que pasan 10 minutos. Con los primeros rayos del sol el pueblo se ha puesto en movimiento! Aparecen más perros (inofensivos), abren agencias, bares, y las motos y los coches comienzan a transitar las calles. Tras 45 minutos sentados en un banco pensamos que ya es una hora razonable para ir al hostel y tras dejar las mochilas en la habitación vamos a la terraza a por un buen desayuno!
El tiempo es perfecto, ¡hace hasta fresquito! y no hace falta tener aire acondicionado en la habitación. El desayuno no decepciona, y aparece una chica con la que hablamos un buen rato y con la que nos aliamos para hacer el trekking que pretendemos comenzar al día siguiente. No nos importa hacer el trekking con un grupillo de personas, y además sale más barato, así que ya somos 3! Aunque Maggie, esta irlandesa simpática, no está sola, viaja con otra pareja de coreanos amigos suyos que conoció durante la época en que vivió en Seúl. Los coreanos, tanto ella como él son majísimos. Nos vamos los 5 a buscar una agencia que nos organice el trekking y nos busque un guía que en estas fechas tan señaladas quiera acompañarnos 🙂 En este rato, una nueva pareja de franceses se une a nosotros, y por último un austriaco. Para ir haciendo piña comemos juntos en un bar del pueblo y los coreanos nos invitan a cenar en la terraza del hostel arroz y atún preparado con salsa típica coreana acompañado de saque. Nosotros compramos unos bollitos para el postre, y pasamos un rato genial, son todos muy divertidos.
Comienza el trekking!
Estamos en la época seca, pero aún así vemos paisajes interesantes, y sobre todo, la esencia de este trekking, que es conocer las formas de vida de diferentes pueblos étnicos de Myanmar. Es cierto que se está explotando mucho para el turismo pero es bonito igual, nos gusta hacer trekkings para hacer ejercicio y siempre te aportan cosas nuevas.
A veces era como viajar en el tiempo en España hasta comienzos del siglo XX..Pueblos rurales que viven de la agricultura (té, diversas frutas, hortalizas y verduras) y la ganadería, además de comercializando otros objetos artesanales usando materias primas como el algodón, la seda o la fibra de la flor de loto.
Andamos una media de 7 horas al día, para lograr así recorrer 68km en 3 días. Nuestro guía, llamado AP, es muy majo y nos resuelve todas las dudas que le preguntamos. El primer día, en uno de los pueblos nos enseñan cómo se hace el proceso de secado del té, en otro vemos en directo como muelen a mano los granos para hacer harina y cómo dan forma a un cuchillo de hierro. Necesitan recursos y aprender técnicas para poder crecer y desarrollarse. Hay algunas escuelas en los pueblos más grandes, aunque son algo precarias.
Los lugareños son encantadores, siempre con una sonrisa y muy hospitalarios.
El segundo día el paisaje es más árido hasta el final de nuestro recorrido donde encontramos de nuevo bosque. Hoy el sol era más potente y hemos parado más tiempo de lo normal para comer y echarnos una siestecilla en uno de los pueblos.
Llevamos un cocinero para nosotros solos y todos los días nos prepara el desayuno, la comida y la cena, aunque obviamente no hace el camino a pie con nosotros. Siempre va adelantado para cocinarnos los mejores platos, y en cantidades industriales. En serio, comimos de lujo hasta reventar todos los días. y todo esto incluido en el precio (total los 3 días por dos personas fueron alrededor de 80€). Lo único que se pagaba cada uno durante el trekking era el agua y la cerveza o refrescos que quisiera. El alojamiento ambas noches fueron en casa de locales aunque no convivimos demasiado con ellos. teníamos siempre una habitación grande para dormir todos en colchones bajitos y mantas. Quizá es lo único que echamos de menos en el trekking, interactuar más con los locales, aunque estuvimos muy a gusto con el grupo.
El tercer y último día de caminata, tuvo menos poblados pero más paisaje curioso. La tierra muy roja arcillosa, dándole un toque volcánico, y la vegetación verde casi fosforita en algunos tramos fue algo único.
Terminamos cogiendo un barquito de madera para recorrer parte del lago Inle, que nos acercó al pueblo. Navegamos primero por pequeños canales preciosos, antes de salir a la avenida principal del lago.
Comenzaba nuestra nueva aventura en Inle Lake, en plena fiesta del agua…….:)
Que pasada! oye 68km en 3 días está muy bien no? Es casi el Camino de Santiago en Myanmar!! #envidiacochina
Fue chulísimo! Pero creo que incluso en verano, no tiene nada que envidiar al Camino de Santiago. Por cierto, ¿cuándo lo hacemos? nos echamos a tope de Thanakha y listo. Además ya he estoy cogiendo skills de supervivencia y me estoy haciendo amiga de los bichos (incluidas arañas gigantes), así que podemos ir con un saco y hacer vivac en cualquier parte, ¡¿a qué estamos esperando carayo?!
PD: exageré mi CV con lo de las arañas…si lo equiparas a las puntuaciones de inglés de Cambridge yo tendría un «Menos D2», pero intento mejorar 🙂